Monday, October 22, 2007

Critica negativa a los artículos de Raúl Haya de la Torre, José Carlos Mariategui y Bernardo Subercaseaux.

Resulta muy poético y desafiante, describir la situación de una América latina despreocupada, en donde la lucha contra el enemigo en común, ese “Yankee”, llamado así por el “sudaca” al estadounidense, es el que se entromete en los asuntos de las naciones menos desarrolladas de América y el gran culpable de nuestro subdesarrollo social, económico y también mental. La situación americana es una preocupación constante de pensadores e intelectuales que ven en ideologías foráneas como el marxismo una solución a los problemas de desigualdad económica y social que existe, pero en casos como la revolución de Cuba en la década de los años cincuenta, que prácticamente han resultado en su medida y pese ha restricciones de los Estados Unidos, no ha llegado mas allá, ni siquiera ha influido completamente al resto de América latina a seguir su ejemplo. Solo algunos grupos paramilitares sin ningún peso, que en algunos casos han transformado sus ansias ideológicas en caos terrorista y destructivo. Nada se pudo hacer tras la conquista española, en donde destruyeron gran parte de la cultura indígena e impusieron su matriarcal y patriarcal religión católica, que en mayor medida ha sido una de las responsables en que la idiosincrasia sudamericana mantenga ese sentido de mediocridad e inferioridad, en comparación con el anglosajón protestante.
Dentro de esa mediocridad e inferioridad del latino, existe la marcada tendencia de grupos de izquierda latinoamericano, que a la vez son mas mediocres que ninguno, de reivindicar los derechos del pobre y el indígena, que son victimas del sistema capitalista impuesto por el país del norte (mejor dicho por el mundo anglosajón), un sistema implantado pero asumido por los mismos latinos, esa clase política, que se aprovecha de países inestables en donde aplican corrupción a destajo, así sumiendo a las naciones en una mediocridad latente por parte de sus gobernantes y del mismo pueblo, en donde esos descendientes de criollos que se independizaron con la ilusión de que esas colonias españolas algún día se convirtieran en grandes y fuertes naciones. Lamentablemente eso no fue así y no va hacer así, gracias a la poca unidad de los países latinos y a su constante inestabilidad política, o como la teoría de la dependencia trataría de explicar el caso de los países sudamericanos, pero en el caso de Argentina seria diferente (aunque se repite en casi todos los países sudamericanos) ya que tuvo las suficientes oportunidades de mantener una economía estable, en donde se dejo explotar masivamente por Gran Bretaña y EE. UU. Un país con grandes recursos fracaso con políticas inestables y poco pluralistas en donde la toma del poder por la fuerza tenía mejor resultado, pero eran prontamente depuestos, en donde la mentalidad mezquina y déspota estaban formando institución generalizada, tomando así una costumbre dentro de los círculos políticos. Estos ejemplos claros de que si Estados Unidos tiene la culpa de entrometerse en los gobiernos de Latinoamérica, son por que se les ha dejado hacer valer sus intereses y más en gobiernos corruptos. Donde también países con gobiernos socialistas, caen en el juego del imperialismo donde sin escrúpulos se venden e ilusionan a la masa. Casi parece imposible algún posible indicio de progreso real en Latinoamérica, la lucha de grupos de izquierda parece interminable pero sin interés de que la desigualdad termine, el negocio de los gobiernos es mantener el círculo de la pobreza para de esta manera mantener la ilusión de progreso constante y en donde este negocio redondo nunca termine, por que mientras la masa tenga necesidades el gobierno de turno siempre tendrá las soluciones siempre y cuando esta masa los mantenga en el poder. Las revoluciones latinoamericanas no han funcionado del todo bien (salvo en algunos casos), en donde siempre el espíritu de lucha es liberar al pueblo oprimido, en donde la culpable es la clase dominante. Es cierto que el pueblo es oprimido, pero es necesario para crear una estabilidad nacional o acaso el imperio romano no lo hacia, los hombres tiene que ser atados a un Estado, en donde prime el control y la estabilidad de la nación. De ahí que estas revoluciones no han resultado ya que no hay un control y una convicción dentro de sus líderes, que pregonan revolución para el pueblo pero sin el pueblo, transformándose en burgueses y perdiendo todo ese discurso inicial, en donde los únicos beneficiados son ellos.

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