Monday, October 22, 2007

Analizando a Brecht


Es recurrente que en una cultura de ideales burgueses, nuestra comprensión de la sociedad este regulada a través de el sistema y mejor dicho de parte de los intereses estatales, es por eso que el discurso político que emana de la dramaturgia de Brecht, quiebra con el estereotipo plasmado en las sociedades modernas y toma una marcada línea marxista, pero también de un ámbito totalmente reflexivo y rompe todo el esquema tradicional del teatro. Así en una tendencia marcada por el eclecticismo artístico en donde se conjugan las miradas sociales de hacer teatro y el discurso totalmente político, podemos decir que Brecht consigue llevar los patrones de la filosofía marxista en su teatro realista. El sentido de un teatro realista no tradicional para una sociedad confundida, para ese público de incapaz reflexión, se transforma en una necesidad solo para ese sector social, entonces en ese sentido pasa a ser indispensable construir un discurso político que sea coherente, es decir, a ningún burgués le va a parecer interesante los problemas y vivencias que no sea las de su propia clase, entonces esta mirada rompe por necesidad los esquemas imperantes de un teatro optimista pero ciego a las realidades sociales. La tendencia marxista de Brecht claramente esta influenciada por Piscator, ya que el era uno de los pioneros del teatro político y del proletariado, para entonces la única ideología que acompañaba ese sentir era el marxismo-leninismo, aunque su punto de vista con respecto de mirar la dramaturgia no fuera comprendida y aceptada por todos, no debemos negar que dejo su alto grado de importancia. Podemos comparar a Brecht con Shakespeare ya que los dos relataban el dinamismo social de sus épocas, llevándolas a obras complejas pero grandiosas a través del tiempo. La técnica del teatro aplicada por Brecht para hacer sentir a espectador de una forma en que no se identificara con el personaje se llama “efecto de alienación o distanciamiento”, esto produce que la obra sea mucho más reflexiva, a lo cual también pretendía ser didáctica, esto comprende la mirada marxista de Brecht ya que este tipo de teatro didáctico iba dirigido al sector obrero, en donde el actor no solo personificaba a un personaje solo con la relación con otro personaje, si no que también su relación con el entorno de la obra, en donde la critica a su personaje era fundamental, ya que se reflejaba un conflicto social e interno, de esta manera se muestra claramente el problema y se invita al publico a una solución y reflexión, mas que un lamento ya aceptado de la obra. De esta manera Brecht trataba de llegar a pueblo y también infundir el marxismo que tanto necesitaba el pueblo dentro de una sociedad llena de injusticias. El anticapitalismo de Bertolt Brecht se hace sentir con su obra “La ópera de los dos centavos”, pero su teatro va más allá de un anticapitalismo y un antifascismo, ya que su teatro busca concienciar a la clase trabajadora, entonces ya no es solo teatro político es teatro social, pero con una línea pesimista y eso quiere decir que es realista, aunque las ideas del socialismo soviético no tuvieran ese mismo sentido. El problema del pensamiento de Brecht con el socialismo soviético no es de línea ideológica, si no que es de mirada filosófica ya que para Brecht la mirada pesimista es realismo y critica, cosa que choca con el socialismo feliz que intentaba de introducir la RDA en Alemania de la década del cuarenta. No es realmente un marxismo, sino que una imperante idea de crear conciencia en la clase más vulnerable, esa era la idea general de Brecht que al mismo tiempo estaba conectada con el marxismo-leninismo pero solo en su tronco ideológico, es decir, es parte de una continuidad artística en la medida en que se trate la conciencia de clase como elemento fundamental de la libertad social del trabajador. La libertad e igualdad social de la clase trabajadora solo se es modificable si hay un real entendimiento entre sí y de las posiciones más afectadas, el cambio de mentalidad del proletariado debía ser expresado en su lenguaje, según Brecht ya que solo de esa forma tomaría conciencia de su posición. Según Marx; “el trabajo produce maravillas para los ricos, pero produce privaciones para el trabajador. Produce palacios, pero para el trabajador produce chozas. Produce belleza, pero produce deformidades para el trabajador... Produce inteligencia, pero origina estupidez y cretinismo para el trabajador”. Entonces podemos interpretar que el pensamiento de Brecht va dirigido en ese sentido, de que el trabajador debe ser y sentirse instruido, y que ese conocimiento debe ser entregado de forma clara, es decir en su lenguaje. Sacarlos de ese “cretinismo” podría haber sido el interés de Brecht o transformar el teatro en una mirada general de la vida, en donde no solo la obra se dirigiese única y exclusivamente a un sector de la sociedad, es decir, donde todos reflexionemos a partir de la idea central que esta nos entrega. El teatro en general no se abre a todas las posibilidades y algunas veces es completamente “feliz”, es decir, trata de ser un factor escapista de la sociedad y es así como lo entiende el “burgo”, y puede ser que así lo quiera. Entonces el sentido de ocupar este arte como un claro discurso social y político, se transforma en algo trascendental y es así como Bertolt Brecht rompe que el esquema ya construido y se transforma en un factor importante durante siglo XX. *Marx, Carlos, “Manuscritos Económicos-Filosóficos”, ED Centro Grafico Limitada, Santiago, 2005, pp.66.

Critica negativa a los artículos de Raúl Haya de la Torre, José Carlos Mariategui y Bernardo Subercaseaux.

Resulta muy poético y desafiante, describir la situación de una América latina despreocupada, en donde la lucha contra el enemigo en común, ese “Yankee”, llamado así por el “sudaca” al estadounidense, es el que se entromete en los asuntos de las naciones menos desarrolladas de América y el gran culpable de nuestro subdesarrollo social, económico y también mental. La situación americana es una preocupación constante de pensadores e intelectuales que ven en ideologías foráneas como el marxismo una solución a los problemas de desigualdad económica y social que existe, pero en casos como la revolución de Cuba en la década de los años cincuenta, que prácticamente han resultado en su medida y pese ha restricciones de los Estados Unidos, no ha llegado mas allá, ni siquiera ha influido completamente al resto de América latina a seguir su ejemplo. Solo algunos grupos paramilitares sin ningún peso, que en algunos casos han transformado sus ansias ideológicas en caos terrorista y destructivo. Nada se pudo hacer tras la conquista española, en donde destruyeron gran parte de la cultura indígena e impusieron su matriarcal y patriarcal religión católica, que en mayor medida ha sido una de las responsables en que la idiosincrasia sudamericana mantenga ese sentido de mediocridad e inferioridad, en comparación con el anglosajón protestante.
Dentro de esa mediocridad e inferioridad del latino, existe la marcada tendencia de grupos de izquierda latinoamericano, que a la vez son mas mediocres que ninguno, de reivindicar los derechos del pobre y el indígena, que son victimas del sistema capitalista impuesto por el país del norte (mejor dicho por el mundo anglosajón), un sistema implantado pero asumido por los mismos latinos, esa clase política, que se aprovecha de países inestables en donde aplican corrupción a destajo, así sumiendo a las naciones en una mediocridad latente por parte de sus gobernantes y del mismo pueblo, en donde esos descendientes de criollos que se independizaron con la ilusión de que esas colonias españolas algún día se convirtieran en grandes y fuertes naciones. Lamentablemente eso no fue así y no va hacer así, gracias a la poca unidad de los países latinos y a su constante inestabilidad política, o como la teoría de la dependencia trataría de explicar el caso de los países sudamericanos, pero en el caso de Argentina seria diferente (aunque se repite en casi todos los países sudamericanos) ya que tuvo las suficientes oportunidades de mantener una economía estable, en donde se dejo explotar masivamente por Gran Bretaña y EE. UU. Un país con grandes recursos fracaso con políticas inestables y poco pluralistas en donde la toma del poder por la fuerza tenía mejor resultado, pero eran prontamente depuestos, en donde la mentalidad mezquina y déspota estaban formando institución generalizada, tomando así una costumbre dentro de los círculos políticos. Estos ejemplos claros de que si Estados Unidos tiene la culpa de entrometerse en los gobiernos de Latinoamérica, son por que se les ha dejado hacer valer sus intereses y más en gobiernos corruptos. Donde también países con gobiernos socialistas, caen en el juego del imperialismo donde sin escrúpulos se venden e ilusionan a la masa. Casi parece imposible algún posible indicio de progreso real en Latinoamérica, la lucha de grupos de izquierda parece interminable pero sin interés de que la desigualdad termine, el negocio de los gobiernos es mantener el círculo de la pobreza para de esta manera mantener la ilusión de progreso constante y en donde este negocio redondo nunca termine, por que mientras la masa tenga necesidades el gobierno de turno siempre tendrá las soluciones siempre y cuando esta masa los mantenga en el poder. Las revoluciones latinoamericanas no han funcionado del todo bien (salvo en algunos casos), en donde siempre el espíritu de lucha es liberar al pueblo oprimido, en donde la culpable es la clase dominante. Es cierto que el pueblo es oprimido, pero es necesario para crear una estabilidad nacional o acaso el imperio romano no lo hacia, los hombres tiene que ser atados a un Estado, en donde prime el control y la estabilidad de la nación. De ahí que estas revoluciones no han resultado ya que no hay un control y una convicción dentro de sus líderes, que pregonan revolución para el pueblo pero sin el pueblo, transformándose en burgueses y perdiendo todo ese discurso inicial, en donde los únicos beneficiados son ellos.